miércoles, 14 de mayo de 2008

LAS ENSEÑANZAS DE BUDA y TAURO



Como saben en el 2008 hay dos lunas Llenas de Tauro, (Wesak fué la primera, el 20 de Abril, siendo el 20 de Mayo la segunda). En Tauro se recibe el mayor impulso espiritual del año, si como grupo estemos conscientes de las notas calve del trabajo, la oportunidad será aprovechada al máximo. Que así sea y cada uno cumpla su parte.
Para acceder a una mayor comprensión de la inmensa oportunidad espiritual de Wesak es deseable comprender, en algún grado, la relación entre:
1. Invocación y Evocación,
2. La enseñanza de buda sobre la transmutación del Deseo
3. La oportunidad que ofrece Tauro, y
4. La importancia del trabajo de Meditación Grupal.
1. INVOCACIÓN Y EVOCACIÓN
La invocación de ayuda, guía, protección, a una instancia superior es posiblemente el común denominador del hombre en todas las épocas, tradiciones, geografías y culturas. Hemos estado “pidiendo” desde el comienzo de los tiempos. Invoca el chamán en su danza para traer la lluvia; invoca el cristiano del siglo XIV cuando pide que su familia se salve de la peste; invoca un ateo del siglo XXI cuando pide la curación para su hijo con leucemia. Lo que varía según nuestro grado de consciencia, es el cómo y qué invocamos, más que el hecho en si de la presencia de la actitud invocadora.
Cuando la petición asume el carácter de una negociación, como ocurre en las penitencias y las promesas, la comprensión es tan limitada que casi podríamos decir que es nula. Dios es reducido al nivel de mezquindad humana el que sólo se cierra un trato si se atiende a un interés egoísta. Cuando la invocación tiene un nivel mayor de confianza como en la propuesta que ha alcanzado un boom masivo de difusión y ventas, la propuesta de emplear la Ley de Atracción de la película EL SECRETO, la comprensión ha aumentado, pero sigue estando atada al deseo. Se pide para satisfacer anhelos, sueños personales, ansias de tener, de conquistar. En esa etapa no está aún claro lo que decía la Madre Teresa: “Se han derramado más lágrimas a causa de las plegarias que reciben respuesta que a causa de las que no la reciben.” En el siguiente estadio se ha encrnado la enseñaza espiritual de Tauro, se está transmutando el deseo en ardiente aspiración, el fuego del corazón permite que sea el ser, el alma, ese nivel de nosotros que nos conecta a lo real quien oficie y ya no hay peticiones, invocaciones que puedan perjudicar pues lo que se invoca tiene que ver con las virtudes, con la esencia, con los valores universales: se invoca una mayor conexión con la luz de la mente superior, con la verdad; se invoca encarnar grados mayores de amor y comprensión para servir mejor; se invoca fuerza y claridad para hacer de la vida algo bello y útil a los demás.
Comprender desde donde invocamos es realmente importante para realizar el único trabajo que nos lleva a lo real, a realizarnos, para encarnar la enseñanza de Buda y convertirnos en faros de luz, llamas de amor, mensajeros de la libertad.
La invocación está al alcance del hombre de nuestros días, como nunca antes pues la mente está hoy más despierta que nunca, nos falta abrir el corazón. Si la mente se dirige al bien mayor, es decir si hemos nacido a nuestra nota superior, a nuestra real humanidad (si hemos ascendido de las aguas del deseo al fuego de la aspiración) evocaremos un respuesta de tal dimensión que el sueño de una cultura de la paz será superado por una realidad aún más bella: una tecnología al servicio de la vida, una educación que enseñe los valores esenciales, una psicología y medicina del alma, una política basada en al honestidad, la integridad y el deseo de servir, serán algunas de las notas de esa cultura que desde el comienzo de los tiempos nos aguarda.
“Llamad y se os abrirá, pedid y se os dará” decía Cristo y llevamos siglos pidiendo… quizás ahora comencemos a pedir bien, y la evocación pueda ser y sea.
El trabajo de servicio de las meditaciones de Luna Llena concierne a la correcta invocación, es un trabajo impersonal, uno no pide nada para sí mismo, y porque nada pide para sí, recibe con la mayor abundancia. Recibe ese impulso que permite la purificación. Sólo a través de la purificación se ordena y se aquieta la selva de nuestros deseos, y sólo logrando ese aquietamiento se hace visible la luz del alma. A la luz del alma todo ocupa su lugar, nacemos al discernimiento, y el trabajo progresa ya no al ritmo de lo que se multiplica, ni al ritmo de la progresión aritmética, se catapulta a la velocidad de la progresión geométrica. “Todo está, sólo falta que alarguemos la mano” decía Anny Besant, en Tauro el todo está adquiere un significado muy singular por ser Wesak el punto de más intensidad de evocación del año, pero todo está siempre, con cada luna llena y con la oportunidad de aplicar eso que recibimos a lo largo de cada vuelta del ciclo en los 12 signos, haciendo viva en nosotros la senda de los 12 pétalos del corazón, los 12 pétalos del alma, los 12 discípulos de Cristo.

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